Equinoccio de primavera

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Equinoccio de primavera

 

 Época de grandes celebraciones a lo largo de la historia de la humanidad, resumimos la historia de las festividades del equinoccio de primavera en este extracto del libro de Dan Furst, Dance of the Moon. Celebrating the Sacred Cycles of Earth.

 

En el año solar que comienza con el solsticio de invierno, el equinoccio de primavera es el segundo de los grandes festivales cardinales. (…) Esta festividad significa que durante los últimos tres meses, la luz ha ido creciendo y su duración a lo largo del día dura lo suficiente para equilibrar la oscuridad de la noche. Al mismo tiempo, los suelos se descongelan por completo y la vitalidad de la Madre Tierra está a punto de regresar de la oscuridad y frío del invierno. Desde este punto en la rueda solar, la luz del día irá creciendo hasta el solsticio de invierno. Las tradiciones espirituales alrededor del planeta celebran la primavera con la búsqueda de huevos, conejos y otros símbolos de la fertilidad.

Los antiguos Celtas y otros pueblos centro europeos han llamado al equinoccio de primavera Alban Eilir u Ostara, fuente de la palabra inglesa Easter (Pascuas). Se dice que es el día en el cual Brígida, diosa de la Tierra, que contrajo matrimonio con el dios del cielo en la festividad de Imboloc a principios de febrero, concibe al Hijo del Sol que nacerá nueve meses más tarde, en el solsticio de invierno. Otras concepciones se producen durante este tiempo. El 24 de marzo es la festividad de Gabriel, Arcángel de la Verdad, quien será el encargado de dar el mensaje más esperado por todos los cristianos: la Anunciación, la noticia de que María será Theotokos, la portadora de Dios, quien lleva ahora en su vientre al Hijo Divino, que nacerá nueve meses más tarde, el 25 de diciembre.

El gran festival de primavera de Cibeles y Atis fue celebrado en todo el este del Mediterráneo entre el 22 y el 25 de marzo, convirtíendose más tarde en una de las mayores festividades romanas. Los ritos de Atis proceden de Frigia (al sur de la actual Turquía) y se encuentra entre las más hermosas historias de pasión y resurrección de dios, celebradas anualmente justo después del equinoccio de primavera. Las ceremonias comenzaban el 22 de marzo con la tala de un pino joven al cual sus devotos sujetaban su efigie cubierta de violetas, representando su sangre. Al día siguiente, al resonar de las trompetas, el dios nacía en la procesión y era enterrado para el día de luto que vendría a continuación. La resurrección del dios el día 25 de marzo daba comienzo a una jornada de alegría y desenfreno, celebrando el milagro por el cual, a través del derramamiento de sangre de Atis, el mundo volvería de nuevo a la vida.

En el mundo antiguo abundaban este tipo de festivales y algunos aún sobreviven. Los pueblos de Mesopotamia celebraban el regreso de Dumuzi (también llamado Tammuz) del inframundo para reunirse en matrimonio con Astarté. La contrapartida griega de este rito, los misterios eleusinos menores, actualmente se celebran justo después del equinoccio de primavera, en equilibrio con los misterios mayores de agosto – septiembre. Para los pueblos yorubas de África y América, el 25 de marzo es la festividad del Orisha Oshun, asociado a la vitalidad sexual y la fertilidad.

Para los chinos, el 21 de marzo marca el inicio anual del festival Taoísta en honor al Shen o deidad de la primavera, asociada al elemento agua y el este, con todo lo que estos símbolos implican como principios de origen y crecimiento. El 23 de marzo es el festival nórdico Encontrando al Verano, justo después del equinoccio de primavera y marca el comienzo de los días más largos que la noche y el comienzo del camino hacia la máxima luz del solsticio de verano. Así, el “encuentro” del verano marca el renacer de la naturaleza y la recuperación de los poderes e iniciativas espirituales del ser humano.

Finalmente, en la cultura persa, el regreso de la calidez del equinoccio de primavera resulta un punto anual de pivote natural. Tanto en la antigua Persia como en los calendarios bahístas modernos, el 21 de marzo es la celebración de Naw Ruz, el Año Nuevo. En el calendario zoroastrista, el 26 de marzo es Khordad Sal, el nacimiento de Zarathustra.

En la rueda del año, encontramos en el mes siguiente el festival de media primavera o Beltane y los días continúan creciendo en luminosidad hasta alcanzar la siguiente gran celebración en el solsticio de verano.

El Festival Tierra de Lunas tiene lugar en la Celebración de Beltane y puedes saber más sobre esta festividad, aquí.

 

Texto adaptado del inglés al castellano por Maga Angueira.-

 

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