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8 de marzo: Día Internacional de la Mujer.
El 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha fue fijada en 1910, en la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas donde las mujeres allí reunidas tenían como objetivo promover la igualdad de derechos de las mujeres, incluyendo entre ellos el sufragio.
«Individualmente y juntas, las mujeres se vieron obligadas a afrontar las amenazas de violencia dirigidas contra ellas, y estuvieron dispuestas a dejarse arrestar a fin de conseguir su derecho al voto. (…) Es fácil olvidar que los derechos que hoy damos por sentado son desde el punto de vista histórico muy recientes, y que fueron mujeres fuertes y audaces unidas entre sí quienes hicieron posible que hoy disfrutemos de ellos…»
Jean Shinoda Bolen, en su libro Mensaje urgente a las mujeres, habla de este movimiento de principios del siglo XX como la primera ola del feminismo. Un movimiento que tenía como objetivo equilibrar los derechos de las mujeres respecto a los derechos de los hombres, entre ellos el derecho al sufragio, el acceso a la educación, la igualdad salarial, entre otros.
«La segunda ola fue el movimiento feminista, que produjo cambios sociales, económicos, personales y políticos, y definió nuevos derechos. (…) El movimiento feminista surgió en las mentes de las mujeres que empezaron a hablar entre ellas sobre sus vidas, y a examinar la premisa de que eran inferiores a los hombres, así como las leyes y las prácticas comunes que apoyaban esto.
Cada vez que una o más mujeres decidía reunir a varias amigas, nacían espontáneamente grupos de mujeres que habían tomado conciencia de su situación.
Las ideas son contagiosas, y la idea de que la desigualdad y la opresión eran símbolos del patriarcado se extendió y penetró rápidamente la conciencia colectiva de las mujeres. (…)
Las mujeres habían descubierto un paralelismo entre la desigualdad de poderío que existía en sus vidas privadas y la que caracterizaba la esfera económica, social y política. Las relaciones, los estereotipos y las leyes cambiaron como resultado de todo ello, y estos cambios se propagaron como ondas concéntricas e influyeron en el mundo.
Yo diría que la tercera ola del feminismo está creándose de un modo muy parecido a como las olas mismas se forman en el océano. Van ascendiendo desde una gran profundidad, lejos y fuera de la vista, exactamente igual que los pensamientos, las intuiciones y los sentimientos emergen de las mentes de las mujeres individuales y cobran impulso al difundirse entre los otros.
Las nuevas ideas se convierten en un movimiento
cuando la fuerza y energía que las alientan vencen la resistencia al cambio.
Creo que la tercera ola del feminismo será un movimiento pacifista de las mujeres, que ha empezado a originarse en el reconocimiento de que, sólo y únicamente cuando mujeres, niñas y niños estén a salvo de la violencia, de las privaciones y del abuso, podrá el ciclo de la violencia que engendra más violencia, y que constituye los cimientos del terrorismo y de la guerra, tocar a su fin.
La compasión, la espiritualidad, la preocupación maternal y el deseo y la necesidad de paz son, combinados con el feminismo, la fuerza que puede salvar el mundo«.
Que la compasión y la preocupación que vive en nuestros corazones respecto al mundo en el que vivimos, sus conflictos y desigualdades, sea el motor que nos impulse a buscar vías en nuestro entorno para aportar nuestro granito de arena al mundo.
Que el anhelo de paz y la necesidad de cuidar del planeta que toda la humanidad compartimos como único hogar, sea la fuerza que nos mueve a reunirnos junto a otras mujeres, tejer redes y reflexionar juntas sobre las necesidades urgentes, reales e impostergables que hemos de asumir y llevar a cabo juntas.
Que el deseo de construir cada día la realidad en la que vivimos, nos traiga una y otra vez la consciencia de que no estamos separadas y que formamos parte de un tejido común: el tejido de la vida sobre la Tierra.
Que honrar los esfuerzos, lucha, valor y determinación de las que estuvieron antes que nosotras nos llene de energía, motivación y aliento para erguir nuestro estandarte personal y colectivo de aquello que deseamos proteger, defender y salvaguardar.
Que podamos darnos el permiso para escuchar lo que otras mujeres tienen para aportar. Que podamos darnos el permiso para dar voz a aquello que queramos decir.
Que en nuestro paso por la vida sembremos nuestro camino de semillas para alumbrar un mundo nuevo.
El texto entre comillas es de Mensaje urgente a las mujeres, de Jean Shinoda Bolen; un libro fundamental e imprescindible para reflexionar sobre nuestro rol en este momento de la historia.
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